viernes, 7 de mayo de 2010

La mejor dosis diaria

Debo seguir buscando
siempre mi mejor porvenir
no quedarme observando
cosas vanas y así sufrir.
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Padecer sin necesidad
es descreer que la felicidad
nos aleja de toda soledad
y da a la vida invulnerabilidad.
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De ese modo contrarrestar
cualquier embate hostil
pues la maldad sin hesitar
arremete con fundamento fútil. 
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Jamás dar lugar a lo impredecible
ni quedarnos de brazo cruzado
sentados esperando lo imposible
sabiendo que eso es sólo de osados.
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Porque para vivir el amor
es la mejor dosis diaria
que se precisa cual fervor
y fortuna frente a la malaria.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
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