Qué triste se tornó tu imprevisto adiós
si increíblemente hasta se marchitó la rosa
aquella que nuestro bello amor unió
muriéndose de pena la esperanza hermosa.
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El día de sol que pintaba tan imponente
se nubló de la nada al despedirte tú de mí
y del cielo la lluvia semejó lágrimas doliente
porque cuanto hubo entre los dos acabose así.
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A qué lugar del mundo partiste raudamente amor
con qué ilusiones los dos intentaremos recomenzar
si me has lastimado injustamente causándome semejante dolor
pues sólo te amé y siempre deseé mi vida contigo terminar.
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Los ángeles ya no cantan más sus melodías
y apenas afuera se oye al viento zumbar
se silenció aquel bonito y celestial Ave María
que disfrutábamos desde que nos decidimos casar.
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Ya no nos tendremos uno al lado del otro jamás
ojala quiera la vida permitirnos igual seguir
ese rumbo predestinado al nacer y aún más
nos bendiga con nuevo amor y felicidad al vivir.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
Derechos Reservados de Autor (00.40/09012013)