Te vi partir silente aquél día
mientras mi ser recostado en la arena
con lágrimas en los ojos sentía
ya tu ausencia más triste pena.
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Fueron quizás esos instantes
que jamás anhelé experimentarlos
tan sufridos ergo muy desesperantes
por ver cómo te alejabas de mí sin desearlo.
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Hasta ti una fuerza me inducía correr
para por fin amor detenerte e impedirlo
y cual grito desgarrador muy dentro mío mujer
clamaba te quedaras conmigo sin emitirlo.
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Apenas divisé tu figura muy distante
a Dios elevé una plegaria y le encomendé
te cuide alejándote de mundanos caminos errantes
así nada te sucede pues ¡siempre te amaré!.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
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