Nuestros encuentros de los domingos
en aquella habitación de hotel mísero
vio cómo con loca pasión sin distingo
supimos entregarnos al placer y sin peros.
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Poco y nada importó los compromisos
que uno y otro en común teníamos
mientras nos dimos como amantes sumisos
gustos verdaderos porque nos queríamos.
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Fueron tan maravillosas esas escapadas
que juntos tú y yo pudimos darnos
compartiendo inolvidables y soñadas
muestras de sutil cariño al amarnos.
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Pero el tiempo tan tirano por demás
truncó ese hermoso amor que vivimos
alejándonos cada vez más ergo jamás
dejamos de disfrutar cuanto sentimos.
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Y todo inexorablemente se fue perdiendo
en el ocaso triste de un enamoramiento
en demasía agradable aunque aún vive sufriendo
mi ser por ya no tener ni gozar bello sentimiento.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
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