Es una caldera e intolerable
el tórrido calor que soportamos
en época estival tan implacable
aunque estoicamente aguantamos.
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Otra cosa mejor no nos queda
que lo sofocante sobrellevarlo
refrescándonos como se pueda
ergo hidratándonos sin dudarlo.
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El sol es por demás abrasador
e incluso los rayos ultravioletas
calcinan la piel sin bronceador
quemando los pies sin chancletas.
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Pues nada es más tranquilizador
que estar a la sombra guarecido
del astro rey o en piscina sin visor
dando chapuzones feliz y protegido.
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La canícula con la alta temperatura
increíblemente su rigor hace sentir
sin darnos tregua y hasta descompostura
ocasiona a muchos imposible de prevenir.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
Derechos Reservados de Autor Ley 11.723 (11.22/18022018)
Poema Nº 2043