APRENDÍ QUE NO DEBO CONFIAR

Te invito a que con una mano en el corazón
tú respondas mi pregunta con la sinceridad
que amerite aunque me rompas con desazón
las esperanzas e incluso arrebates felicidad.
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Sólo espero la verdad y con espontaneidad
me digas cuáles fueron motivos de tu traición
pecando de infiel con absoluta ingenuidad
rompiendo en mil pedazos nuestra relación.
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Sabes que te entregué sentimiento y mi vida
sin importarme nada que pudieran decirme
logré enamorarme de ti y me aboqué querida
cada día en darte lo mejor hasta tú herirme.
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Fue muy atroz esa herida que me infligiste
destrozaste con crueldad a mi amor sin razón
más impetuosas ganas de amar que destruiste
osadamente empero lo tomaré como tropezón. 
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Sin compasión te burlaste de mí pues sufrí
no soló tu desdén sino también ser el centro
de bromas de amigos y la gente pues entendí
que pretendiste ser del mundo el epicentro.
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Ha sido una gran lección amén de enseñanza 
así aprendí que no debo confiar plenamente
en nadie menos aún amando y con templanza
reharé mi vida teniendo mujeres infinitamente.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
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Poema N° 3366