DUEÑA DE MI AMOR

Te entregué mi vida en propias manos
incluso te pusiste demasiado nerviosa
porque no lo esperabas aquel verano
en que ofrecí hacerte mi amada esposa.
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Balbuceaste apenas ergo sin comprender
mi miraste como sin saber qué pasaba
en tanto algo atónita al reaccionar mujer
me abrazaste diciéndome que me amabas.
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Mas luego no paraste de sonreír jamás
al punto que sin soltarme me besabas
demostrando tu gran felicidad además
y por cierto no me dijiste si aceptabas.  
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Verte embargada quizá por la emoción
que te ha sabido causar mi propuesta 
da alegría al percibir inmensa sensación
en mi ser pese a no conocer tu respuesta.
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Sabes bien que te amo con el corazón
si me predispuse por ti a luchar en todo
creyéndote dueña de mi amor y razón
amándote sin parar ni importar modos.
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Juan  Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
Derechos Reservados de Autor Ley 11723 (00.32/17122022)
Poema Nº 3550