Cómo duele amar sin ser correspondido
por qué nos lacera cruelmente el corazón
habiendo amado demasiado comprometido
en dar sentimiento para acabar en desazón.
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Hasta destruye impiadosa aquella pasión
que uno se propone sin renunciamientos
compartir esperanzado y con gran ilusión
empero la sinrazón golpea sin miramientos.
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Es cierto e innegablemente incomprensible
salir perdiendo cuando alguien enamorado
abre su ser mientras le resulta inadmisible
recibir vil rechazo con desdén inimaginado.
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Y aquí bien cabe preguntar si es menester
luego de un tiempo terminar por separarse
e incluso después de tener que padecer
por una mujer amoral para así resignarse.
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Ya la vida se encarga más luego de lograr
que todo se acomode inexorablemente
por los designios del destino aunque amar
nos reconforta el alma indefectiblemente.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
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Poema Nº 3696