EL EDÉN

Te vi llegar a mí cual bello ángel alado
tu cara sonrosada me dejó preocupado
pues hasta pensé quizá no esté bien
y aclaraste te sentías acalorada también.
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Me dijiste desde siempre conocerme
tal vez haya sido buscando intimidarme
y me anticipé bromeando tú sin verme
a expresarte ¡Dios te envió para amarme!
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Sonreíste forzada mientras no esperabas
que te saliera con verdadera tontera
aunque con el tiempo me demostrabas
ser ese amor de mi vida en primavera.
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Obvio ya después de ti nunca me separé
por considerarte maravillosa compañía
eres orgullosamente con quien perpetuaré  
aquél cariño sutil por el resto de mis días. 
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Me resulta tan fabuloso saberte conmigo
por la armonía que existe entre nos y digo
preferirte estés en los detalles si me agrada
baje a tierra el edén siendo bueno amada. 
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
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Poema N° 4208