Verdaderos frutos

Regálame la necesaria calma
de saber que siempre estarás
dándole tranquilidad a mi alma
y que ni por un instante me faltarás.
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Que jamás extrañaré tu presencia
porque te tendré feliz a mi lado
y aun pecando de tanta inocencia
estoy seguro que me harás sentir amado.
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Me esforzaré por darte lo justo
amándote del modo más ardiente
para que te sientas muy a gusto
sin dejar absolutamente nada pendiente.
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Sé que podremos ambos construir
una vida extremadamente respetada
sin que nadie pretenda ni ose destruir
lo que con valores y moral fue pergeñada.
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Y quizás así en la ancianidad misma
disfrutemos junto a nuestros nietos
los verdaderos frutos con el carisma
dado por Dios aunque se comporten inquietos.
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Juan Alberto "Beto" Gómez
Corrientes - Argentina
Derechos Reservados de Autor (09.17/12012010)